"De aquél a
quienes algunos llaman tonto, otros dicen que sabe cosas diferentes"
R.Bebermeyer
 |
Foto: Tomas Van Houtryve |
La mayoría de nosotros
hemos sido educados, desde la más temprana infancia, a partir de modelos
educativos y patrones que inducen a competir, juzgar, demandar y diagnosticar;
a anticiparnos con opiniones precipitadas y comunicar en términos moralizadores
sobre aquello que está considerado como “bien” o “mal” en las relaciones
humanas. La forma en la que hemos sido educados se refleja asimismo en la
manera de conducirnos, de mostrar nuestras preferencias y de hacer nuestras
particulares elecciones personales. En el mejor de los casos, el modo habitual
que tenemos de pensar y de hablar suele frenar la comunicación y puede crear
malentendidos o frustraciones que no comprendemos cómo se generaron.